domingo, 15 de abril de 2012

Aquel mundo al que llamábamos pasado.

Segundos, minutos, horas, dias, semanas, meses, años... Los acontecimientos transcurren como el resto del tiempo, como las palabras que no dijiste, los espacios en blanco de una libreta...Todo se acumula, se rompe, se desploma dejando en tu cabeza secuencias que se convierten en recuerdos. Recuerdos que parecen las escenas de una pelicula, sin más protagonista que tu mismo, sin más esencia que ese "no volver", donde un quizás quedó en el aire, donde un beso se perdió en un portal, donde lo nuevo se convertía en rutina y un "hola" se convirtió en un "adios". Y yo aqui sentada, aturdida por esas mil sensaciones que te corroen, envuelta entre sabanas de recuerdos, con la mirada perdida, exhausta, espectadora de un mundo que ya no está, a ese al que llamamos pasado. Besos, abrazos, risas, discuciones, roces... Todo es válido en el momento de recordar cuando los momentos se acumulan en tu cabeza sin orden alguno, sin motivo ni mucho menos fin...Suele pasar cuando sientes que has perdido el norte, cuando los átomos unidos con fuerza que componen tu pompa comienzan a separarse y, a través de ese hueco, observas con frialdad la realidad y notas como las cosas fluyen sin rumbo y sientes como el mundo se te desploma... Tanta gente que ya no está,tanto momentos que no volverán y que hoy dia echas de menos, añoras...Gritas en silencio, con fuerza, un grito en seco que juras que nadie escuchará y solo pides que todo vuelva a ser normal dentro de lo posible, que puedas volver a sonreir como una niña, a confiar, ilusionarte, sentir ese brillo en los ojos y escuchar tu corazon latir con fuerza con sólo una palabra, un gesto...Algo que ya no regresará y solo quedará en aquel mundo al que llamamos pasado.

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