domingo, 11 de marzo de 2012

Jép;$

Adoro el viento, sobretodo el del este. Mi voz es murmullo de agua. Mis pecas son de chocolate y en mi espalda hay miles de constelaciones, que pocos saben ver. Celesta, infinito y horizonte son palabras cosidas a mí. Me gustan los números impares y comerme el hipo de alguien a quien quiero. Mis ojos son grandes y marrones, como lo que nunca perdemos. Soy propensa a provocar diluvios de miradas y a coser tequieros en la piel ajena. Me encanta mirar el cielo y escribir deseos en él. Adoro las tormentas de verano y las estrellas que caen en agosto. En mi almohada hay miles de sueños atrapados, algunos sin dueño. Danzo con el azar y formulo alquimias a destiempo. Mis adioses siempre son sordomudos, por eso nunca me despido del todo. Tengo un universo propio, donde reinan el azar, las lágrimas, las cosquillas y las luces piramidales. Siento nostalgia a todas horas y esté donde esté vivo en la calle melancolía. Creo ser capaz de parar el tiempo. Huelo a besos y a sal. Adoro la bipolaridad de las cosas y las personas. Mi mundo siempre apunta al norte, es allí donde los círculos pueden cuadrarse y las lágrimas sólo son migajas de pan para nunca perdernos. La magia siempre fue mi coartada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario